¿A QUÉ JUGAMOS?
En los últimos
tiempos han cambiado notoriamente tanto las costumbres de chicos como de
adultos y el mal uso de la tecnología, lamentablemente va en deterioro de los
dibujos, el juego y la palabra escrita y hablada. Estamos claramente ante un
cambio de parámetros pero ¿existen las herramientas para afrontarlo?
¿Qué importancia
tiene que los chicos jueguen, dibujen y creen sus propios espacios más allá de
las pantallas?
En el caso
específico del dibujo, además servir como puente y vía de comunicación entre la
infancia y el mundo adulto, es el germen de la palabra escrita; porque primero
fue el trazo y después llegó la palabra. Desde el principio de los tiempos el
hombre ha tratado de comunicarse utilizando líneas y pinceladas, y sobre ellos
se han cimentado las civilizaciones.
Dibujos infantiles
Patrones de Pinturas Rupestres
El desarrollo del
dibujo se relaciona directamente con el medio y el entorno cultural en el que
esté inserto cada chico y representa en dos dimensiones su realidad
tridimensional.
Tanto
el juego como el dibujo desarrollan las habilidades necesarias para un
crecimiento sano, pero algo ha cambiado en este proceso, ya que resulta más
fácil manejar un celular que sostener un lápiz.
A
través del juego y del dibujo se despliega la curiosidad y la espontaneidad
infantil contribuyendo al desarrollo de una personalidad sana, limitar estas
actividades imposibilita el despliegue creativo que los chicos necesitan para
elaborar sus construcciones e imaginaciones ya que estas actividades están
absolutamente ligadas a la fantasía.
Jugar
es una actividad en donde los mismos chicos ponen las reglas, esto no ocurre en
los juegos de computadora, por lo tanto este tipo de actividad puede ser un
complemento, pero nunca un sustituto del juego libre, creativo, sin reglas y en
donde sólo se juega por el placer que produce, esto es insustituible y
fundamental para la salud emocional.
En el periodo de los garabatos por ejemplo vemos
cómo explora el espacio que lo rodea y con el que todavía no se ha diferenciado.
Cómo entrena sus capacidades motoras y su propio cuerpo, reconoce y determina
sus movimientos desarrollando su potencial neuromuscular:
la motricidad gruesa, fina y la inhibición de los movimientos no necesarios
están directamente involucrados con el hecho de dibujar. Más adelante, en el juego establece
relaciones, simboliza y representa unos objetos con otros y así, mágicamente
una caja se convierte en un auto.
Arnold Gesell nos
explica que: Tiempo, espacio, número, forma, textura, color y
causalidad son elementos esenciales en el mundo de las cosas, en el cual el
niño debe encontrarse a sí mismo, adquiriendo el manejo de esos elementos
gradualmente, a través de sus músculos de manipuleo y locomoción, de sus ojos,
manos y pies. Es en esta experiencia motriz donde el niño fundamenta
las bases para sus futuros juicios y conceptos.
El dibujo se
vincula con imágenes mentales y con la forma de ver la realidad, a la que a su
vez trata de imitar para poder proyectarla y comunicarse.
Y todo esto se diluye
frente a una pantalla...
La tecnología en sí
es una herramienta excelente para infinidad de actividades, pero no para el
desarrollo y la vida sana de nuestros hijos. Suplantar las horas
de Internet por cualquier tipo de actividad creativa será mucho más
productivo y beneficioso, así como compartir estas actividades en familia.
Utilicemos estos
tiempos de pausa para rehabitar los
espacios de nuestras casas y recuperarnos como individuos y como familia.
(Continuará…)
MARÍA LATORRE
Grafoanalista