martes, marzo 17, 2020





¿A QUÉ JUGAMOS?

En los últimos tiempos han cambiado notoriamente tanto las costumbres de chicos como de adultos y el mal uso de la tecnología, lamentablemente va en deterioro de los dibujos, el juego y la palabra escrita y hablada. Estamos claramente ante un cambio de parámetros pero ¿existen las herramientas para afrontarlo?
¿Qué importancia tiene que los chicos jueguen, dibujen y creen sus propios espacios más allá de las pantallas? 
En el caso específico del dibujo, además servir como puente y vía de comunicación entre la infancia y el mundo adulto, es el germen de la palabra escrita; porque primero fue el trazo y después llegó la palabra. Desde el principio de los tiempos el hombre ha tratado de comunicarse utilizando líneas y pinceladas, y sobre ellos se han cimentado las civilizaciones.

Dibujos infantiles

Patrones de Pinturas Rupestres

El desarrollo del dibujo se relaciona directamente con el medio y el entorno cultural en el que esté inserto cada chico y representa en dos dimensiones su realidad tridimensional.

Tanto el juego como el dibujo desarrollan las habilidades necesarias para un crecimiento sano, pero algo ha cambiado en este proceso, ya que resulta más fácil manejar un celular que sostener un lápiz.
A través del juego y del dibujo se despliega la curiosidad y la espontaneidad infantil contribuyendo al desarrollo de una personalidad sana, limitar estas actividades imposibilita el despliegue creativo que los chicos necesitan para elaborar sus construcciones e imaginaciones ya que estas actividades están absolutamente ligadas a la fantasía.

Jugar es una actividad en donde los mismos chicos ponen las reglas, esto no ocurre en los juegos de computadora, por lo tanto este tipo de actividad puede ser un complemento, pero nunca un sustituto del juego libre, creativo, sin reglas y en donde sólo se juega por el placer que produce, esto es insustituible y fundamental para la salud emocional.
En el periodo de los garabatos por ejemplo vemos cómo explora el espacio que lo rodea y con el que todavía no se ha diferenciado. Cómo entrena sus capacidades motoras y su propio cuerpo, reconoce y determina sus movimientos desarrollando su potencial neuromuscular: la motricidad gruesa, fina y la inhibición de los movimientos no necesarios están directamente involucrados con el hecho de dibujar. Más adelante, en el juego establece relaciones, simboliza y representa unos objetos con otros y así, mágicamente una caja se convierte en un auto.
Arnold Gesell nos explica que: Tiempo, espacio, número, forma, textura, color y causalidad son elementos esenciales en el mundo de las cosas, en el cual el niño debe encontrarse a sí mismo, adquiriendo el manejo de esos elementos gradualmente, a través de sus músculos de manipuleo y locomoción, de sus ojos, manos y pies. Es en esta experiencia motriz donde el niño fundamenta las bases para sus futuros juicios y conceptos.
El dibujo se vincula con imágenes mentales y con la forma de ver la realidad, a la que a su vez trata de imitar para poder proyectarla y comunicarse.
Y todo esto se diluye frente a una pantalla...
La tecnología en sí es una herramienta excelente para infinidad de actividades, pero no para el desarrollo y la vida sana de nuestros hijos. Suplantar las horas de Internet por cualquier tipo de actividad creativa será mucho más productivo y beneficioso, así como compartir estas actividades en familia.
Utilicemos estos tiempos de pausa para rehabitar los espacios de nuestras casas y recuperarnos como individuos y como familia.


(Continuará…)

MARÍA LATORRE
Grafoanalista


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