Estimados colegas:
Es responsabilidad de todos los grafólogos
cumplir con las normas éticas que su labor exige, sin vulnerar, ni violar los
derechos inherentes a las personas. Hacer público con nombre y apellido datos
relativos al perfil de personalidad de un individuo, sin su autorización o
causa justa y necesaria, publicando sus observaciones en un medio público,
viola todo derecho a la privacidad e intimidad, defendido por nuestra
constitución.
Dar acceso público a este tipo de
información, significa violar un derecho que conlleva una responsabilidad civil
y penal por parte de quienes lo hacen si la parte afectada así lo considera.
Aún cuando se trate de casos que se
encuentren en pleno desarrollo de un proceso penal, les recuerdo que estar
procesado no significa perder los derechos. Todo procesado conserva sus
derechos constitucionales hasta que la ley demuestre su culpabilidad.
Que el poder informático de Internet brinde
la posibilidad de tener acceso a los llamados datos personales de un individuo,
no significa que estos datos puedan ser usados indiscriminadamente.
Que en los procesos judiciales, a fin de
impulsar la transparencia de tales procesos, se pueda promover y facilitar la
labor periodística, no da lugar a que por ello no se preserven las garantías
constitucionales en juego.
Si bien en muchas oportunidades esto no es
respetado por personas sensacionalistas en los diferentes medios de difusión,
los grafólogos con título oficial siempre deben tener presente su juramento de
defender con dignidad su labor.
Nuestra obligación es bregar por una
grafología digna y respetuosa de las leyes. Solo está permitido hacer público
datos o un estudio de personalidad con expresa autorización de la persona
analizada o a instancias de una requisitoria judicial. Hacer otra cosa,
significa no solo violar normas legales, sino también desmerecer el lugar que
tanto nos ha costado conseguir, poniendo en riesgo la credibilidad y respeto
que hoy, después de tantos años de esfuerzos, estamos logrando.
Un cordial saludo a todos,
Fuente
María
del Carmen Doyharzábal
www.grafopatologia.com
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