Dado
que es sumamente instructivo, a continuación describiremos algunas de las
características comunes a un cierto grupo de mujeres y capaces de volverlas
susceptibles a caer en relaciones con hombres patológicos y a soportarlas
durante mucho tiempo. Después de todo, se trata de hombres que pueden ser muy
encantadores al comienzo y, por ende, muchas mujeres se enamoran de ellos “a
primera vista” (…)
Muchas
mujeres comienzan relaciones con psicópatas cuando están pasando por una etapa
de la vida en que se ven afligidas por el dolor, la pérdida de algún ser
querido, el estrés, la ansiedad o la depresión, entre otros factores que
incrementan su susceptibilidad. La soledad trae como resultado que las mujeres
se vuelvan vulnerables, y los depredadores lo saben. Las necesidades
emocionales y sociales son factores clave en la atracción hacia personas
psicopáticas” (…) “A las circunstancias negativas se suman ciertos rasgos
positivos en la personalidad de muchas mujeres que, en contacto con un
psicópata, pueden llegar a convertirse en factores de riesgo, tal como sucede,
por ejemplo, con la extraversión y la atracción hacia esta misma característica
en los demás, tan común en los psicópatas (o los hombres narcisistas). Cabe
asimismo tener presente la tendencia al cariño, el sentimentalismo, el deseo de
comprometerse y la sensibilidad a las necesidades de los demás, pues estos son
factores que pueden ser fácilmente explotados por un psicópata”.
“A
dicho conjunto se agregan la tendencia de muchas mujeres a la cooperación y al
apoyo, la empatía y la tolerancia, el carácter amistoso y compasivo, todos
ellos rasgos sumamente positivos pero por demás atractivos para personas
patológicas. Las mujeres muy cooperativas presentan un alto riesgo de entrar en
una relación patológica. Los psicópatas y los narcisistas necesitan que sus
mujeres cooperen. Saben instintivamente que las mujeres con un alto grado de
cooperación permanecerán en la relación durante un periodo más extenso. Además,
se ha observado que las mujeres que aman a los psicópatas tienden a ser muy
confiadas y leales. Reiteramos, todos estos rasgos son muy positivos, pero cabe
tener en cuenta que pueden ser explotados por personas patológicas. Por
ejemplo, el hecho de que ustedes sean muy tolerables significa que pueden
soportar muchos aspectos negativos de la relación; si son muy empáticas,
hallarán justificaciones racionales tales como “yo entiendo su comportamiento”.
Si son muy cariñosas, seguramente dirán: “lo amo”. Si tienden a comprometerse,
pensarán: “me basta con los buenos aspectos de nuestra relación.”Otro elemento
de suma importancia es que la mayoría de las mujeres que viven relaciones con
hombres narcisistas o psicópatas, previamente les confesaron exactamente lo que
estaban buscando en una persona o en una relación. De ahí en más, el psicópata estará
en condiciones de fingir ser todo lo que ellas buscan y, en cuanto pueda
sacarle provecho, utilizará todas las confesiones de su pareja para manipularla
y culparla. El psicópata se esfuerza por que la relación avance a pasos
agigantados, a fin de cerciorarse de que su pareja será incapaz de reflexionar
acerca del comportamiento anormal que percibe en él. La mayoría de las mujeres
se vieron incapacitadas a frenar la carrera hacia el altar, a la cama, o a sus
hogares. Dado que los psicópatas son extrovertidos, es probable que persistan
vigorosamente en la búsqueda de una mujer.
Al
comienzo, el psicópata utiliza sus mejores habilidades de comunicación;
normalmente es respetuoso y coopera para que se solucionen los problemas dentro
de la pareja. Es probable que en los primeros estadios de la relación todo dé
la impresión de ser normal en este aspecto, o que incluso la víctima crea que
posee una comunicación “profunda” con su pareja, por encima del promedio. Todo
esto es una máscara que perdura mientras el psicópata invierte energía en la
así denominada “etapa de la luna de miel”, cuyo único propósito consiste en
asegurarse de conquistar a una mujer. Cuando la máscara se desvanece y las
mujeres comienzan a notar la dicotomía presente en el psicópata, ya están
hechizadas, presas a causa de su temperamento y de los rasgos de personalidad
que, en una relación sana, habrían sido positivos. Por ejemplo:
La
empatía (“Él es de esta manera porque lo han herido en el pasado”.)
El
bajo nivel de impulsividad (“No voy a huir”.)
El
sentimentalismo (“Él puede ser tierno cuando…”.)
El
cariño (“¡Lo amo como nunca he amado a nadie, me siento tan conectada con
él!”.)
El
compromiso con la relación (“He volcado mi alma en esta relación. Sé que
podemos hacer que funcione”.)
La
auto-estima (“Quiero que piense bien de mí. ¿Qué estoy haciendo mal?”.)
La
tendencia a evitar daños (“¿Encontraría a otra persona si lo dejo?”.)
Contrariamente,
la poca tendencia a evitar daños (“Él no es tan malo. Estoy segura de que puede
cambiar”.)
El
ingenio (“Podría encontrar a un terapeuta para él y acudir a un psicólogo de
parejas.)
“En
el idioma de un psicópata, amor significa conformidad por parte de su pareja;
confianza equivale a paranoia; comunicación se equipara a oportunidad (la de
obtener dinero, por ejemplo); vínculo afectivo es igual a apego (un psicópata
puede apegarse a alguien. Por eso tiene tendencia a acechar a su víctima, lo
cual no significa que la ame); mentira supone esta es mi verdad; préstamo
significa robo, y así sucesivamente. Al ignorar el significado que se esconde
detrás de un lenguaje idéntico a simple vista, la pareja del psicópata
interpreta inevitablemente de manera errónea cada acción de su predador”.
“Cuando
la mujer comienza a descompensarse psicológicamente, se observan las mismas
dinámicas que en el síndrome de Estocolmo:
Ella
percibe (y ya ha sufrido) una amenaza a su supervivencia, tanto física como
psicológica y cree que él es capaz de cumplir con sus amenazas.
El
percibir pequeñas señales de amabilidad por parte de su pareja hace que baje la
guardia y que lo vea, nuevamente, como un ser humano, lo cual, a su vez, la
incita a comprometerse aún más en la relación y a volcar mayores esperanzas en
él. A esa altura, ella no sólo ya ha sido aislada de los demás, sino que además
sufre del adoctrinamiento que constituye haber adoptado la visión patológica
del mundo que manifiesta su pareja.
Por
último, esta fragilidad presupone la imposibilidad de escapar de la situación”.
“Como
es de esperar, la víctima sale totalmente lastimada de una relación patológica.
Casi todas las mujeres padecen problemas emocionales tales como la depresión,
las crisis de llanto espontáneo, la desesperación, la desesperanza, la
ansiedad, los ataques de pánico, el miedo, la irritabilidad, la ira, el
resentimiento, etcétera. Otras presentan síntomas característicos de daños
psicológicos, entre los cuales se encuentran el exceso de culpa, la
desesperanza, la impotencia, la baja autoestima, la dificultad para tomar
decisiones y la disminución de la capacidad de concentración. Una relación con
una persona patológica puede generar un nivel de estrés tal, que probablemente
se manifieste en el cuerpo a modo de migrañas, problemas digestivos, presión
arterial alta, etcétera”.
“Los
cambios hormonales y fisiológicos relacionados con las relaciones sexuales
también hacen que esta especie de conexión con el psicópata aumente. Cada vez
que tiene relaciones sexuales, la mujer secreta oxitocina, la misma hormona que
se produce durante el embarazo y la lactancia, y que despierta instintos
amorosos y “maternales”, fomentando así la “unión” de la pareja. Para más
información al respecto, les recomendamos consultar este enlace. No es de
extrañar que el aspecto sexual sea tan importante para los psicópatas, ya que
es así como “anclan”, a su pareja, al menos parcialmente”.
“Uno
de los métodos recomendables a fin de “quitárselo de la mente” es algo que se
traduce como “anclaje” y que consiste en frenar determinados pensamientos
perjudiciales que refuerzan el amor hacia hombres patológicos. En este caso, el
anclaje se basa en concentrarse en el entorno con los cinco sentidos puestos y
en estar presente en sí misma y así detener el círculo vicioso de pensamientos
o sentimientos. Por ejemplo, se puede observar con detenimiento un paisaje,
escuchar el sonido del viento, percibir todos los aromas del ambiente, obtener
todas las sensaciones posibles mediante el tacto, etcétera. Una variante a esta
técnica consiste en que, al encontrarse pensando en él, la víctima intente
concentrarse en alguna otra tarea o pasatiempo. No es tan fácil como parece,
pero vale la pena intentarlo si se desea salir del círculo vicioso y borrar al
psicópata de la mente. En cuanto a la dificultad para librarse de la
dependencia emocional después de una ruptura, también puede ser de gran ayuda
tener siempre en mente lo que explica Sandra Brown en su artículo “Por qué
usted sólo recuerda lo bueno de una relación mala”.
¡Ánimo
para todas las víctimas! Conserven la esperanza y la fe en ustedes mismas;
todas valen mucho y merecen ser felices. Existe la vida después de una relación
dañina. Como dijo un experto en narcisismo, “no eres culpable de lo que te
sucedió, pero sí tienes la responsabilidad de hacer algo al respecto”. Todo lo
que hagan ayudará a que mejoren sus vidas y la de la gente que las rodea y que
ignora el peligro de la psicopatía”.
Sandra Brown
Women
Who
Love
Psychopaths
(Mujeres
que aman a psicópatas)