Acostumbrar
a los niños a escribir con una postura correcta y adecuada desde pequeños es
muy importante para alcanzar calidad en la escritura. Ya sabemos que una vez
adquirido un mal hábito, resultará mucho más difícil y trabajoso corregirlo.
La buena postura al
escribir favorece la atención del
niño, y mejora su proceso de aprendizaje en la lectura- escritura. Además, se obtendrán beneficios adicionales
para la salud: evitar problemas de espalda y daños irreparables de la columna
vertebral.
¿Y cuál es la postura ideal?
- Hay que partir de la base de que tanto la mesa como la silla están adaptadas a la talla del escribiente. La altura de la mesa, debe coincidir con el nivel del codo.
- El codo izquierdo soportará el peso de los hombros liberándose la mano que escribe. En el caso de un zurdo, será el codo derecho.
- La espalda tiene que estar recta, aunque ligeramente inclinada hacia la mesa; hay que evitar que la persona se incline excesivamente y obligue a la columna vertebral a estar en torsión.
- La cabeza algo ladeada, pero nunca recostada sobre la mesa
- La posición de la mano variará hacia la derecha o izquierda o permanecerá como prolongación del brazo según lo requiera el escrito. Y la situación idónea de la mano será por debajo de la línea de escritura.
- El papel que los dedos juegan para tomar el útil es muy importante para una mayor movilidad digital. Se cogerá el lápiz, bolígrafo o pluma entre el dedo índice y pulgar y descansando sobre el dedo corazón.
- Tendremos los pies apoyados en el suelo con las rodillas ligeramente distendidas.
Y, ¿qué hacer respecto al papel y el útil empleado?
- la disposición del papel inclinada pero en un ángulo no superior a 40º.
- en cuanto al lápiz y/o bolígrafo empleado, debe evitarse tanto mantenerlo en vertical como apretar mucho con él al escribir.
María
Nogales
Psicografóloga
y grafoterapeuta
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